miércoles, 22 de mayo de 2013

A este insomnio lo llamaré nostalgia.


Y a este insomnio lo llamaré nostalgia. Nostalgia de ti.
O quizá a esta nostalgia debería llamarla insomnio.

Son las cuatro de la mañana y llevo intentando dormir desde las doce. Hay un gato que ronronea junto a mi almohada y se desvela de vez en cuando, para mirarme y decirme con los ojos, que qué clase de chiflada estoy hecha. Yo lo acaricio y le digo que vuelva a dormir, él que puede. El que tiene el don de descansar 18 horas de 24. Qué feliz sería de ser así. ¿Imaginas lo fácil que sería todo si pudiese pasar 18 horas al día soñándote? Y es que hace tiempo que los verbos tenernos y vernos perdieron su conexión.
Y hablando de verbos, que bonita era aquella época en la que todos los verbos se conjugaban con la primera persona del plural. Ahora tú te conjugas con la tercera persona. De los verbos. Y yo, casi siempre en primera. No voy a negar que de vez en cuando cambio pronombres. No voy a eximir mi culpa de que hice muchas conjugaciones en presente mientras tú te quedabas en el pasado. Pero hay un verbo que yo nunca conjugué, que nunca he sido capaz de conjugar y que tú parece, parece… no dudaste mucho. Si, el verbo querer.  

Son las cuatro de la mañana y mi nostalgia de ti no me deja dormir. Sabe que cuando despierte de soñarte tendrá más hambre. 


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