sábado, 4 de febrero de 2012

Todo era comodidad, a mi alrededor solo existía el color blanco. Unas mantas que me tapaban y me hacían sentir cómoda, eso y la luz del día que entraba por la ventana. 

Alguien trasteaba a mi alrededor, estaba en una habitación de hospital. Lo sabía. El chico que trabajaba estaba muy concentrado en la labor, realmente quería hacerlo bien.

-Deja eso Adri, ven.
-Espera estoy terminando, solo tengo que…
-Shu… deja eso  y todo. Solo escúchame. –dejó de concentrarse en lo que estaba haciendo.  Si a Adri le pides algo, suele hacerlo. Aún no ha aprendido a decir “no”, poco a poco lo va haciendo pero comete sus fallos, intenta poner “nos” donde no deben estar y sigue poniendo “sies” donde deben ir “nos”, no más fallos que cualquiera que está aprendiendo algo nuevo, desde casi cero. Me miró atento pero aún pensando en lo que estaba haciendo. –escúchame. Me voy, no me queda mucho tiempo.
-No digas tonterías.
-De verdad, escúchame. –y ahora si distinguió bien donde iba este sí. Soltó la vía de mi muñeca y dejó de colocarla–Adri, disfruta cada momento de tu vida. Como si fuera el último, piensa que este día que estás viviendo puede ser tu último día. Disfrutalo, vívelo, saboréalo. Solo quiero decirte eso. Eso y que le digas a todos los que quiero que los quiero, ellos en el fondo de su corazón ya lo saben, pero recuérdaselo de vez en cuando, cuando se les olvide. Podría hablarte de cada uno de ellos, de lo que siento y pedirte que se lo transmitas pero no puedo, no tengo tiempo. Inventatelo si te preguntan pero diles que les quiero y que me arrepiento de no habérselo dicho cuando tuve la oportunidad, que no dejen que les pase eso a ellos y sepan decir te quiero ahora que aún tienen la oportunidad. Adiós… gracias por formar parte de mi vida… De esta vida que he tenido la suerte de comer.

Y en ese momento cerré los ojos. Me había ido… me había muerto, de repente vi ese túnel, del que siempre hablan. Pero todo era blanco y la luz del fondo negra, al revés de lo que siempre se habla. Cuando llegué a esa luz negra, cambió de color ahora si era blanca o más bien tenía el color de un amanecer, era como una ventana y daba a otra vida. Una nueva vida, esa luz no era más que el comienzo de una nueva vida. La veía ahí, firme real.  Pero no podía irme con todo eso, no podía irme sin hacerle partícipe de ese descubrimiento. De repente, más dueña de mi alma que nunca, volví a esa cama de hospital, pero esta vez no estaba dentro de mi cuerpo, lo veía sobre la cama y ni siquiera me reconocía.
-          Hay más Adri, hay más. –noté el tono eufórico de mi voz
-          ¿Dónde?
-          Después de esta vida. La muerte es solo un paso hacia otra nueva vida.

Y me fui, esta vez para siempre.
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Los sueños a veces son tan sabios... más que nosotros mismos...

Moraleja:
P.D: Hoy es el día contra el cáncer.

jueves, 2 de febrero de 2012

DE DICHOS HECHOS Y OTRAS VARIABL

Y ahora sale el sol para demostrar que después de la tormenta siempre viene la calma y que el tiempo siempre cura las heridas, aunque las cicatrices del corazón nunca desaparecen.  ¿Para que están los Enfermeros si ya el tiempo se encarga de curar? Con tiempo solo no se consiguen las mejores curas, porque las infecciones vienen solas del aire, de un roce inesperado. Por eso quizá necesitamos ciertos desinfectantes que ayuden a curar las heridas y a conseguir menos infecciones. Pero  no existe el desinfectante perfecto, el que no peca por un lado peca por otro y el único que hoy parece perfecto (bendita clorhexidina) seguro que mañana sacan algún estudio demostrando que alguno de sus componentes no es tan bueno como se imaginaba, aunque no llega a ser perjudicial del todo.

Y es que el mal de muchos puede ser consuelo de tontos pero ¿qué pasa con los listos? ¿se quedan sin consuelo? Y si dirigimos una mirada de sospecha al karma podría decir que me toca vivir la aventura más maravillosa de mi vida, después de esta sucesión de errores sin historia, solo con principios y finales arrebatados. Y dijeron una vez que el corazón tiene razones que la razón no entiende, pero el corazón no tiene razones, si tuviera razones tendría que pensar y por él solo pasan hormonas y sangre. En cuanto a la razón digamos que es harina de otro costal. Pero que aún así, habría que dejar de comprar cantaros de cerámica, ¿por qué no de hierro? Así no se romperían, por muchas veces que fueran a la fuente.

    Porque aunque cada cual tiene lo que se merece, cada cosa que se merece no encuentra fácilmente a su cual. Y si las lágrimas no me dejan ver las estrellas es porque ellas son muy pequeñas y quizá por eso lo que busque es ver el sol, porque ni cienmil lágrimas impedirían ver algo tan sumamente grande.
Porque quizá yo nací mandarina en lugar de naranja o quizá mi mitad se pudrió por no estar en la nevera, o quizá sea yo la mitad podrida. ¿Quién me asegura que nadie se ha hecho un zumo con mi media naranja? ¿qué lo ha exprimido y sacado todo el jugo hasta dejarlo seco y vacio? ¿quién me asegura que sea real esa teoría de las almas gemelas? Mi madre lo sabría si hubiese tenido gemelos, ¿no? ¿quién asegura que el alma exista y perdure sobre la mortalidad del cuerpo?


Dicen que nada pasa sin una razón, pero es que a veces hay razones que pasan sin nada y ya se sabe eso de que el orden de los factores no altera el producto.
Pero bueno a fin de cuentas supongo que todo este picor es consecuencia de la gran cantidad de ajos que me he comido y que no hay más ciego que aquel que no quiere ver.

      En esta Historia te ha tocado a ti el banquete de las perdices y yo sin embargo me quedaré con hambre esperando mi erase una vez.
Y una parte de mí quiere desearte mucha mierda (pero literalmente) aunque la otra podría arrepentirse, así que mejor te deseo que seas capaz de sacar todo mi amor, ese que era para mí y te empeñaste una y otra vez en guardar y no darme, y que al menos te den algo por él en la reventa.

Te quise y te querré como dudo que alguna vez pueda querer a alguien. Querré a mucha gente, pero cada amor es distinto y único no se puede comparar. Comentan que el primer AMOR nunca se olvida y si hablamos de AMOR, amor con mayúsculas. Tú fuiste mi primero.


“ (…) Pasarán los años… y quizá cuando pasee por alguna esquina de quien sabe que ciudad el aire sople y golpee mi cara y con ese aire tus recuerdos regresen a mi memoria, en mi rostro se marcará una media sonrisa de Mona Lisa queriendo decir “lo que pudo haber sido pero no fue”, y el siguiente paso borrará esa sonrisa.
Quizá por algún lugar, cuando pasen los años, escuche aquella canción y recuerde tu voz. Quizá algún día alguien pronuncie tus palabras y yo me acuerde de ti. Quizá de todas aquellas sonrisas que se crucen a lo largo de mi vida, alguna me recuerde a ti. Puede ser también que crea verte en algún lugar, puede ser que note tu ausencia en las soledades profundas… puede ser. Pero aunque sea, sé que todo seguirá. No habrá rueda que frene, tal cual todo continuará y tú te quedarás en aquella esquina de aquella ciudad perdida o en aquel lugar o en aquella persona, donde un día te recordaré por un instante. Y serás eso, recuerdos de lo que pudo haber sido pero no fue… ”

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A veces sucede que…

Aunque en muchas ocasiones es… un grave error, no hay que olvidarse tanto de quien tenemos al lado.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Las locuras de las noches de invierno


Son las 6 y media de la mañana de un martes “cualquiera”, las comillas… vienen dadas porque realmente no es un martes cualquiera. Acabo de cometer la mayor locura de mi vida, eso y que he perdido el coletero del pelo.

A esta entrada debería titular mis huidas y yo, pero no sería tan fácil como eso. De nuevo he vuelto a huir antes de que el amanecer cayera sobre mí. Pero esta vez la cama tenía nombre, no uno puesto al azar y ese nombre es el de una de las personas más importantes de mi vida. A eso le añadimos un componente que llamaremos X que hace de todo esto algo aún más insólito y digo insólito porque no se me ocurre otro adjetivo pero os aseguro que podría ser muuuuchoo más grande.  Pero aún no estáis preparados para eso. (A veces siento que la gente no está preparada para mí, que duro es eso).

Supongo que cuando pase el tiempo acabaré llamando a esto “las locuras de mi adolescencia”. (He de darme prisa a cometerlas todas ahora porque mi adolescencia realmente ha acabado y mucho estoy justificando con ella, aún así, digamos que en un futuro lo acabaré llamando así). Pero el tiempo no ha pasado y yo estoy aquí, intentando vomitar sobre este archivo de Word todo lo que no he sido capaz de vomitar sobre el wáter. El alcohol y mis tormentos un coctel molotov para el estómago.  Y de nuevo huir, lo peor… es que la huida no es la más grande. 
Este pequeño glaciar (que soy yo) tiene mil y una ideas suicidas y de escape que se ponen en marcha aleatoriamente.  Y me parece que la inercia va a mover la peor de todas. Ganas de potar venir a mí, todo sería más fácil. (Deja de leer esto joder, no sé hasta qué punto te puede trastornar o herir).

Dios, ¿por qué estoy tan sumamente loca? ¿Por qué el calibre de mis locuras a veces hay que medirlo en kilómetros y se queda corto? Y pensareis. Oh si, comete locuras, eres joven en las locuras está la esencia de la vida. Pero no, hay locuras que es mejor no cometer.  Y os aseguro que esta es la número uno de esa gran lista de cosas “Por no hacer”. Y nada, por motivos que ni siquiera yo misma entenderé la he acabado cometiendo y lo peor de todo es que ahora me encuentro dentro de un caótico bucle que ni yo entiendo ni creo que entienda en la vida. A eso se suman factores extras potenciados por recuerdos. Resumiendo no sé ni que mierda he hecho ni porque he decidido hacerlo con justo esa persona con la que tanto tengo que perder.  Me estoy volviendo loca. Encima ahora ese maldito invento llamado “whatsapp” me está incitando a un nuevo pecado, un pecado mucho menos capital pero que sería en realidad como método de limpieza del anterior. Y, ¿cómo peco de un nuevo pecado por el hecho de olvidar el anterior? Este bucle podría ser aún más caótico, sin fin y sin escusas.
Encima acabo de decir la mayor gilipollez y lo que no quería decir pero en el fondo pensaba:
-¿por qué te vas?
- Me voy antes  de que se haga de día
¿No os pasa que piensas; “no digas eso, no digas eso, no digas eso” y lo acabas diciendo? Pues vale cagada elevado al cubo, lo he acabado diciendo. Y vale, realmente es una tontería mentirme. Realmente es una tontería mentirte. Me conoces y a veces creo que mejor que yo. A partes iguales como la valorización (me valoras pero incluso más que yo). Y aunque te dijera la escusa más creíble en árabe tú sabes porque me he ido. Tu sabes mi nivel de saturación e incluso creo que puedes saber más de lo que yo sé incluso me tiento a preguntarte que será de mi mañana porque eso es algo que yo no sé pero que tú quizá intuyas o más o menos predigas. Y por predecir imagino un aluvión de dudas y de ralladas. Si ya es ahora y las noto sobre mi espalda, no sé qué será de mi mañana. O quizá sea pasto del hielo y simplemente congele este momento en la recamara de “los momentos que no deben ser nombrados hasta que este cuerpo se adapte”.
Y por un nuevo segundo me paro entre tanto borbotón de palabras y vuelvo a pensar. Locuras, locuras everywhere. Dios. ¿Cómo he sido capaz? Y ante la siguiente pregunta la de “¿será verdad que he hecho esto? Mis hinchados labios con esa sensación de haber besado no me dejan lugar a dudas.
¿Soy fácilmente influenciable? Quizá todo esto no tenga nada que ver con eso, o quizá sí.  Oh dios, por momentos pienso que me estoy volviendo loca y quizá esa congelación sea lo que más necesite. Si, quizá lo mejor sea guardar esto en esa estantería del congelador y olvidarlo. Quizá algún día cuando menos me lo espere salga y me pille por sorpresa o quizá no. Vale paro, esto no me lleva a ningún sitio, como a ningún sitio me llevó. Y creo que titularé a esto “las locuras de las noches de invierno”, lo  guardaré en la carpeta “necedades” a pesar de que sé que debería ocupar su sitio en la carpeta “material de blog” más que nada porque ya vale de ocultarse, aunque no me creo esta escusa porque a fin de cuentas y a pesar de las “x” palabras que lleve vertidas sobre esto aún no os he contado nada, y dudo que lo haga, nunca. A nadie. Miento, algún día lo haré pero no será aquí, ya es pasarse. Dios, estoy loca.

Son las 7 de la mañana y la pregunta “¿qué he hecho?” me sigue retumbando en la cabeza, cual asesina en serie.  Menos mal que no existen Horacios en España, me descubriría a la primera. ¿Mi delito? Siendo optimistas “vivir sin miedo” aunque no. No puedo presumir de eso. He oído tantas veces la expresión “no pienses, no pienses” esta noche, durante. Que digamos que en el fondo ha sido un dejarme llevar pero no del todo. Oh dios, repito. Me estoy volviendo loca.

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Ahora sin pelos etílicos en mi lengua os cuento que ya tengo la sensación de que "nada es para tanto" que " a lo hecho pecho" y que las locuras están para cometerlas. Me reiré de aqui a un tiempo más de lo que lo hago ahora a veces. Porque no es más que eso "locuras" jaja.