domingo, 23 de diciembre de 2012

De huidas y pasados


¿Y nos olvidamos? Así, de repente. ¿Cómo si no hubiera pasado nada? ¿Cómo si tu piel y la mía no hubiesen creado un lenguaje común y supieran a la perfección lo que pide la otra?
Nos separamos, así sin más. Cómo si mis labios no necesitasen eso que produces con el roce de los tuyos. Cómo si fuese fácil descifrar la química que engendran nuestros cuerpos al mirarse, frente a frente. Cómo si fuese sencilla esta selección de casualidades y hacer un camino que nos separe, dejando de lado al destino. Mis clavículas que tiemblan cuando sienten cerca la marca en el hombro que me dejaste y aún conservo.


Así sin más. ¿Quieres que nos olvidemos? ¿Que hagamos como que nada ha pasado, que sigamos nuestras vidas y esos momentos no sean más que recuerdos. Medias sonrisas o huecos salados en almohadas? ¿Por qué haces esto? ¿Por qué permites que el pasado, que te ha hecho estas heridas que hacen que no te atrevas a atreverte y que a fin de cuentas no deja de ser pasado, elija por ti? ¿Sabes? esta huida y este agarrarse a lo conocido no deja de ser más que miedo. Miedo en estado puro. Miedo a lo desconocido, miedo al futuro. Te creía más valiente.  

Dime, qué quieres.  ¿Quieres evitar que te olvide? ¿Qué te olvide yo o el mundo? ¿Quieres que aprenda a valorarte cómo no han sabido hacerlo? Esta no es la manera. Quédate. Y yo te sabré valorar. Dame tiempo. Necesito eso. Te daré mucho más de lo que has sido capaz de imaginar. Dedicaré cada poro de mi piel a elegir el segundo exacto en el que quieres que se erice cuando tú estés cerca. Te prometería la luna si creyese que con eso me bastaría. Yo soy más de galaxias. Lejanas, inimaginables. Tengo tanto para darte. Pero con calma. Deja al sol que de aire, que nos roce en la cara y nos seque las heridas. Deja que la sal haga de las suyas. Deben secar, y debes estar.


Pasará el tiempo y de la misma manera que sé lo que harás mañana, también sé lo que pasará después. Te darás cuenta que no se puede jugar con el pasado. Que volver atrás y coger algo de allí para traértelo al ahora no está permitido en las leyes del tiempo. Nada es igual, solo un continuo deterioro día tras día hasta que finalmente desaparece para volver a su lugar verdadero. Y en ese momento te acordarás de mí. Y te arrepentirás de todo lo que yo no me arrepiento; de haberlo intentado. Pero para entonces yo seré pasado y la historia volvería a repetirse. Nadie puede sacarte del bucle, más que tú mismo. Yo, lo único que puedo hacer, es estar aquí, con la mano tendida por si quieres que te ayude a la salida. 

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