Esta es una de esas noches en las que te auto convences y haces esfuerzos exagerados para no agarrar la primera botella de alcohol que tu madre guarde en el armario de dios sabe que navidad y bebértela al trago. Es de esas noches en las que te sentaría tan bien unas cervezas frente a una cara conocida, olvidar prejuicios, obligaciones y que poseemos un riñón. Es una noche para dejarse llevar. Si, de esas justo que al día siguiente te arrepientes. De esas.
Y es que la mierda siempre cae, siempre. Por mucho que intentes esconderla, por muchas cosas que intentes hacer para olvidarte de que estas hecha mierda. Al final, tarde o temprano el peso de tus sentimientos se abalanza sobre ti y te comprime el pecho hasta dejarte sin respiración, sin esperanzas de futuro sin un mero impulso para hacer cualquier mínima gilipollez. Y lo peor de todo, ¿sabes lo que es? Que la culpable de estar así, soy yo misma. No por las situaciones, que aquí cada cual tendrá su parte de culpa. Sino por estar así ahora mismo, he sido yo la que consciente de que no me soporto he dedicado el día entero a estar conmigo misma y sin nadie más. De hecho aún llevo el pijama que me puse anoche. Me cuesta tanto dar ese impulso. Ayer fue un día genial, un día que llevaba tiempo queriendo vivir. De esos días que solo respirar te llena de felicidad. Y para contraste el día de hoy, a cada segundo más mierda. No ha empezado mal, teniendo en cuenta que me he pasado la mañana entera durmiendo y por lo tanto he tenido la suerte de librarme de ella. ¿Os he contado que odio las mañanas? Que antes me daban casi igual, pero ahora es que las odio.
Encima ya no tengo a nadie con quien hablar. Miento, no es que no tenga a nadie con quien hablar, tengo a muchas personas. Personas increíbles sin quienes no sé que sería de mi. Pero ya le he calentado a todo el mundo la cabeza lo suficiente con este tema. De hecho aunque tuviese a alguna de esas personas delante ahora mismo tampoco sabría que decirles. Está todo dicho, está todo contado, es solo cuestión de tiempo.
Como decía hoy ha sido un día masoquista, de ponerme delante del ordenador y echar largos minutos sin más de una página a otra. De una foto tuya a una de él. De loca, de obsesionada. De autodestrucción máxima. De cobardía extrema. Vamos ese tipo de días que odio más que a nada. Al menos he cogido mi cámara y he hecho alguna que otra foto preciosa, eso por lo menos hace de mi día algo menos inútil. Y ahora estoy aquí, plantada enfrente del ordenador escribiendo, buscando que yo me de respuestas a mi. Pido demasiado, demasiado para un día donde las nubes pasan de largo y ni siquiera arrastran tormenta para limpiar la suciedad de este dolor. La mierda, y perdonad que sea mal hablada pero me da la gana, que ha dejado esto.
Son las 2 y media de la mañana. Llevo un litro de cerveza encima (no es mucho, lo sé pero lo suficiente como para desconectar un poquito) al final los planes se han enderezado. Me ha llegado un whatsapp de Tina me decía que si me apetecía una cerve en el Paddys (el nuevo pubs irlandés que han abierto en mi pueblo, santuario) Tony había vuelto de su viaje a Barcelona, una pequeña bienvenida. Le he dicho que tenía a tiburón (mi coche) sin gasolina y que el de mi madre estaba con la rueda de repuesto (con la rueda de repuesto, como a veces siento que estoy yo, pero yo siento que las cuatro lo son). Me ha dicho que ella me recogía, no había problema:
Tina: Estas ya con el pijama?
Yo: desde ayer en realidad, por?
Tina: Vaya tela. Porque Tony me ha dicho de ir a tomar una cerve al paddys, que viene hoy de Barcelona.
Yo: esque tengo el Megane con la rueda de repuesto y el tibu sin gasolina. (tibu = tiburón)
Tina: yo voy a por ti si quieres.
Yo: vale, cuando?
Tina: arréglate ya y voy
Yo: ok, es ponerme un vaquero. Mientras llegas estoy lista.
Tina: Ok, perfecto. Salgo.
Un momento ¿mágico? ¿telepático? Era justo lo que necesitaba. Una buena cerveza, una cara conocida delante de mi. He visto a más gente, gente que llevaba tiempo queriendo ver. He visto entre otros a Rober (de quien ya hablaré) a Lio (con quien llevaba tiempo aplazando esa quedada) y por supuesto a Tony (qué acababa de volver de Barcelona). Tengo muchos amigos chicos, de hecho creo que tengo más buenos amigos chicos que chicas. (Que gracia, tú me lo decías “es que tienes muchos amigos” y yo te dije “¿estás celoso?” entre risas). Al poco de vernos, de repente se ha acordado de donde he estado estos días.(hablo de Tony) “-Oh, oh oh! Cierto”. Hemos hablado de esquiar, de esquiar sin nieve y de muchas más cosas. Lo he puesto al día. Tony… Lio… Rober… cada cual tiene reservado una parte de mi pequeño bombeante, una parte de mi futuro y también de mi pasado… También ha sido una noche de confesiones con Tina. De cosas fuertes, cosas que pueden afectar mucho y cosas absurdas, como siempre.
Vale ya paro. Además me ha llegado un nuevo whatsapp, la noche sigue. Ya os hablaré de otra conversación que he tenido hoy, una conversación muy especial, muy bonita, que hablaba muy muy bien de mí. Si tú, se que lees esto pequeño, algún día hablaré de ti y un poco de mi, porque eres tan yo… porque soy tan tú. Si, vale, la noche sigue… aunque la mañana… vale descartado por tercera o cuarta vez mi plan de empezar a ir a la biblioteca mañana. Nunca es un buen día para empezar a ir a la biblioteca y mañana… menos.
P.D: me he propuesto ir subiendo fotos que hago. Esta es de hoy, el atardecer ha ayudado.
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